EL BREXIT

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El 29 de marzo de 2017 Reino Unido comunicó al Consejo de la Unión Europea su intención de abandonar la Unión Europea. Fue un hito histórico. El primer país, que desde que se creó esta unión, ha pedido salir de la misma.

Tras el impacto inicial, el miedo de los demás países de la Unión,  e incluso de los propios británicos, comenzó la negociación con la Unión Europea,  con el fin de gestionar la salida de forma más amistosa , y  lo menos perjudicial posible para los intereses,  tanto del resto de los países de la Unión, como de Reino Unido.

Y en eso estamos, la primera ministra británica Theresa May defiende la salida con uñas y dientes, pero no consigue llegar  a un acuerdo sobre la forma de salir ni tampoco consigue el apoyo del parlamento. ¿Y por qué? Esto se debe a que en el fondo los británicos ven más problemas que beneficios. Esta es la opinión que tienen muchos británicos que en su día votaron a favor del Brexit.

En mi opinión, una decisión de tal calibre no se debe tomar por referéndum. Una gran parte de los súbditos de Reino Unido, votaron con el corazón más que con la razón. Con ideas tales como: Europa no tiene que mandar en  nosotros, somos un país con tradiciones y arraigos importantes… En definitiva, lo que viene a ser el carácter de superioridad de los ingleses. De hecho, ya entraron en la Unión Europea  con ciertas particularidades como mantener su propia moneda.

Partiendo de esta premisa y aunque es cierto que se ha hablado de beneficios que tendría España con la salida de Reino Unido. Como por ejemplo inversiones de grandes empresas que se instalarían en nuestro país. Lo cierto es que casi todos los expertos recalcan  las consecuencias negativas que tendría para España como: Reino Unido es el tercer país de destino de nuestras exportaciones y servicio con cerca de 38 mil millones de euros en 2017. Desde el referéndum del Brexit las relaciones económicas entre España y Reino Unido han crecido más lentamente que antes. En el sector bancario, el banco Santander y el Sabadell tienen importantes infraestructuras en Reino Unido y también se verían perjudicadas. Además influye en la agricultura porque Reino Unido aporta 7 mil millones de euros a los presupuestos agrícolas de la Unión Europea y seguramente afectará a lo que los agricultores españoles perciben  a través de la PAC.  Asimismo, se vería afectado el turismo porque los británicos suponen una cifra muy importante para España. Y el programa erasmus porque Reino Unido quedaría excluido para los alumnos que quisieran cursar allí sus estudios. El sector inmobiliario también estaría afectado porque los británicos son los extranjeros que más viviendas compran en España…

Los inconvenientes no solo afectan a España; la Unión Europea corre el peligro de desaparecer, ya que otros países podrían ir detrás.

Además de todo lo expuesto, quería recalcar mi oposición al Brexit  diciendo que la Unión Europea es un proyecto que trae muchos beneficios a los países miembros, como son: los de fondos de solidaridad, del mercado único, libre circulación de trabajadores… Por todo ello no debería de llevarse a cabo.